lunes, 12 de octubre de 2009

ESTABELCIENDO Y CUIDANDO MIS PRIORIDADES Parte I "Introducción"


“Me pusieron a guardar las viñas; Y mi viña, que era mía, no guardé.” Cantares 1:6.

Introducción: A los seres humanos nos encanta involucrarnos en la vida de otras personas, somos ligeros y dispuestos a señalar vida de los demás, pero nos cuesta mucho ocuparnos seriamente de nosotros mismos.

Una de las cosas que más nos cuesta es aprender a organizar nuestras prioridades. La falta de una buena planificación personal, le resta efectividad a nuestras capacidades. Las muchas ocupaciones no solo producen cansancio y fatiga, sino que nos privan de ser buenos administradores. La mayor parte de nuestra vida la ocupamos en lo urgente y descuidamos lo importante. El deseo de Dios es que seamos efectivos en lo que hacemos. Que seamos buenos administradores de todo lo que él nos ha dado. Y que vivamos la vida de acuerdo a nuestras prioridades. Dios nos ha enseñado a cerca de las prioridades que debemos tener.

La vida de muchas personas ha cambiado después que han permitido a Jesucristo ser el Señor y el salvador de sus vidas. Pero sin embargo el proceso de cambio se ha tornado lento y doloroso en muchas ocasiones. Cantidades de creyentes están estancados y aun cuando luchan por seguir a delante y vivir una vida mejor, se encuentran limitados y absorbidos por los eventos fortuitos que finalmente moldean y determinan su estilo de vida. Esto se debe que han adoptado un nuevo estilo de vida y lo han adaptado a su antigua manera de vivir, pero no han aprendido a definir, organizar y mantener sus prioridades. Cuando no hemos definido nuestras prioridades, vivimos de cualquier manera. Es decir, sin importancia, sentido o propósito.

Definir nuestras prioridades nos da enfoque. Nuestras prioridades nos enseñan a vivir de acuerdo a lo que somos y a proyectarnos hacia el futuro en lo que queremos ser. Vivir sin prioridades es vivir sin rumbo, estar a la deriva, es estar perdido, no saber a dónde ir. Nosotros vamos hacia donde nuestras prioridades nos llevan. Jesús nos enseña sobre esto con algunas frases como: “Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón” (Mat.6:21). Dios es el primer interesado en que establezcamos y cuidemos nuestras prioridades. Diciendo: “No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mat.6:31,33). Enseñándonos a definir nuestras prioridades, Jesucristo nos dice que no podemos vivir una vida dividida, porque finalmente no sernos efectivos en nada. “Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.” (Mat.6:24).

La razón por la que debemos definir, organizar y cuidar nuestras prioridades, es porque somos servidores al servicio de Dios, para cuidar todos los bienes que él nos ha encomendado. Todo cuanto tenemos y cuanto somos pertenece a Dios, y a él le plació poner todos sus bienes en nuestras manos para que los administráramos. Somos los mayordomos de los bienes de Dios. Esto fue algo que el apóstol Pablo entendió bien y nos exhorta diciendo: “Así, pues, téngannos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de los misterios de Dios. Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel.” (1Cor.4:1-2). La razón por la que debemos ser fieles administradores, es porque somos administradores de la multiforme gracia de Dios como dice el apóstol Pedro: “Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios.” (1Ped.4:10). De manera que no administramos nuestros propios vienes, sino los bienes de Dios. Y un día todos seremos llamados para rendir cuentas delante de él por todo lo que hemos recibido. “Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.” (2Cor.5:10). Puesto que un día vamos a dar cuenta a Dios por nuestra vida, no podemos vivirla de cualquier manera. Necesitamos definir, organizar y cuidar nuestras prioridades como hijos y administradores de Dios que somos.

Los primero que debemos hacer, es conocer y hacer la diferencia, entre lo que es urgente y lo que es importante. La mayor parte de nuestra vida la invertimos haciendo lo que es urgente, y descuidamos lo que es verdaderamente importante. Lo urgente es temporal, lo importante es eterno. Lo urgente nos consume, lo importante nos da valor. Lo urgente es fortuito, lo importante es planificado. Lo urgente es un evento, lo importante es un proceso. Lo urgente requiere iniciativa, lo importante requiere disciplina. Lo urgente es relativo, lo importante es absoluto. Lo urgente da comodidad, pero lo importante da estabilidad. No permitas más que las urgencias sigan consumiendo lo importante de su vida. Deténgase, haga un alto a su vida para establecer y cuidar tus prioridades. Aun estas a tiempo, mientras hay vida hay esperanza. Tú puedes ser más efectivo, y tener una vida mejor con los seres que amas y que te aman.

Es mi intención a través de este estudio ayudarle a establecer tres prioridades básicas que debemos cuidar en nuestra vida. Y que muy poco las tomamos en cuenta.

Antes de hablarle de estas tres prioridades, permítame preguntarle y me gustaría que pudieras responder con toda sinceridad.

¿Cuáles son las tres prioridades más importantes de su vida? ¿Está usted cuidado sus prioridades?

Para identificarlas, piense en aquello a lo que usted le dedica más tiempo, más dinero, más pasión y que no puede dejar de hacer. Pues donde invertimos más dinero, tiempo y vida es lo que más nos importa.

Nuestras prioridades son definidas, de acuerdo a nuestras necesidades y motivaciones como personas.
Necesidades humanas básicas
Se ha creído tradicionalmente, que las necesidades humanas tienden a ser infinitas; que están constantemente cambiando; que varían de una cultura a otra, y que son diferentes en cada período histórico. Pero tales suposiciones son incorrectas, puesto que son producto de un error conceptual, que consiste en confundir las necesidades con los satisfactores de esas necesidades.

Las necesidades humanas fundamentales son finitas, pocas y clasificables. Además las necesidades humanas fundamentales son las mismas en todas las culturas y en todos los períodos históricos. Lo que cambia, a través del tiempo y de las culturas, son la manera o los medios utilizados para la satisfacción de las necesidades.
Las necesidades fundamentales son: subsistencia (salud, alimentación, etc.), protección (sistemas de seguridad y prevención, vivienda, etc.), afecto (familia, amistades, privacidad, etc.) entendimiento (educación, comunicación, etc.), participación (derechos, responsabilidades, trabajo, etc.), ocio (juegos, espectáculos) creación (habilidades, destrezas), identidad (grupos de referencia, sexualidad, valores), libertad (igualdad de derechos).


Aun cuando muchos han discutido y argumentado en cuanto si el hombre (ser humano) en su composición es dicótomo (dos partes) o tricótomo, (tres partes) yo pienso y creo, que el hombre es un ser material y espiritual, con necesidades físicas, emocionales y espirituales. Por cuanto se compone de cuerpo, alma y espíritu, según lo registran las Sagradas Escrituras. “Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.” (1Tes.5:23). Envista de que el ser humano, como ser integral está formado por un cuerpo, un alma (emociones intelecto) y un espíritu. Yo veo tres necesidades básicas salud, afecto y espiritualidad. Que a la vez se convierten en las tres prioridades básicas del ser humano. En un orden: FE, FAMILIA y SALUD. Así es enseñado en la Biblia. Decidirnos a asumir estas tres prioridades con disciplina en nuestra vida nos garantiza una mejor vida y un mejor futuro.

Las buenas decisiones nos ayudan a comenzar bien, pero la buena disciplina nos ayuda a terminar bien.

1 comentario: